NECESITO CARIÑO – Jesús Lizano

Poema de Jesús Lizano, que nos dejó para continuar con su aventura poética en un lugar donde todas y todos seamos inocentes mamíferos.

NECESITO CARIÑO
Fui al médico del cerebro, del alma,
los médicos con su uniforme blanco,
los curas con su uniforme negro,
los militares con su uniforme verde,
el papa con su uniforme blanco.

Ya vemos lo que les pasa a los dominantes
cuando prescinden de sus uniformes.
Qué ha sido, por ejemplo,
de los reyes sin su uniforme…
Por no hablar del uniforme de los bomberos,
de los policías, de los conserjes,
de los mayordomos, de las monjitas,
de los presos, de los jueces,
¡vaya uniforme el de los jueces…!

¿Y los burgueses?
¿Y su uniforme de señores?
¿Y el de los cocineros?
Pobres cocineros:
hasta los cocineros revestidos…
Y las novias vestidas de blanco
cuando se dirigen a firmar con los novios
el contrato…
¡plaga de contratos!

Y qué seria este mundo sin uniformes:
sería el mundo real poético…
El caso es que fui al médico del alma,
del cerebro…
¡qué pretensión salvar el alma con la teología,
o la química y otros derivados de la Razón!
Y cómo va a curar con su locura la Razón al alma
si liberarse de su dominio es lo único que puede salvarla.

El caso es que fui al médico,
con su uniforme blanco,
llamado bata,
como los farmacéuticos,
como los fantasmas…
hundido por aquél desamor
que había herido gravemente
y, cómo no, mi alma
y me dio una medicina
como si el alma fuera un intestino o una garganta.

Y yo le dije: no necesito medicina,
necesito cariño…
Y pensé:
lo que yo necesito,
lo que todos necesitamos,
es que se acaben todos los uniformes,
que todo cambie de sentido.

Y las órdenes, que se acaben las órdenes,
las recetas, los específicos,
los sermones,
sobre todo los sermones.

Recuerdo que cuando yo era un niño
-un niño niño-
íbamos a la escuela con uniforme.
¡Venga! ¡Todos uniformados!
Qué educativo…
Y qué son las ideas sino uniformes malditos
si lo que necesitamos es cariño, mucho cariño…
Y al cabo de cierto tiempo volví al médico
y me preguntó si me había tomado la medicina.
Y le dije que no
Y él, indignado, me dijo:
¡No sé ni cómo le recibo!

1 comentario

  1. Rosa
    ·

    Porque unos somos tan sentidos y otros, la mayoria no les afecta .
    Todos los corazones son iguales o sea que hay algo que me pierdo .
    No lo entiendo y hay momentos que me enloquece !!!!!!!!

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