Ya no escribo para matar a los hombres.
He reconciliado mi vida y mi poesía.
No necesito más que un lápiz
y una excusa blanca.
Vengo a decirte que soy simple y vital.
Que necesito de la tormenta y del ocaso.
Que me alimento de poemas y de café
cada vez que puedo.
No busco respuestas.
Beso cada vez más,
brillo cada vez menos.
Tengo las uñas del tiempomarcadas,
pero me gustan cada una de sus cicatrices.
Disfruto estar sola y dormir acompañada.
Vestirme de verde y el canto de los árboles.
Vengo a decirte qu esoy etérea y floral.
Que requiero de la luz y de la mañana.
Que me alimento de poemas y de café
cada vez que puedo.