MACHISMO FOR DUMMIES
1. Todos los hombres, etc.
Si yo leo que «la raza blanca ha esclavizado durante siglos a otras minorías», ¿tengo que tomármelo como algo personal? No; es un hecho. Yo soy blanca pero no soy esclavista. Puedo aprovechar para autoanalizarme y ver si en mí pervive alguna forma de racismo, pero también puedo leer la frase, estar de acuerdo y no sentirme culpable ni culpabilizada.
Si un hombre lee: «el machismo es la violencia que los hombres ejercen sobre las mujeres», ¿debe tomárselo en cualquier caso como una acusación directa y personal? ¿Es el lector un agresor, un maltratador…? ¿No? ¡Enhorabuena! En esta frase no se le acusa de nada. Como hice yo con la frase de la esclavitud, puede hacer autocrítica y ver si en él hay alguna traza de responsabilidad y actuar en consecuencia. Pero esta frase, en ningún caso está diciendo que él sea necesariamente culpable de las conductas de otros hombres.
2. Mujeres machistas, etc.
¿Hay mujeres machistas? Por supuesto, como hubo esclavos colaboracionistas. ¿Cómo considerar a estas mujeres y a estos esclavos? Como víctimas del sistema que a la vez sufren y defienden; como a cualquiera que tenga síndrome de Estocolmo. Estar de acuerdo con la injusticia no les hace menos víctimas (ni iguales a sus opresores); lo cual no quita que sería maravilloso que abrieran los ojos y se incorporaran a la lucha contra el sistema que los oprime.
3. La violencia de las mujeres, etc.
¿Puede una mujer ejercer violencia contra un hombre? ¡Pero bueno! ¿Estamos tontos? ¡¡¡Pues claro que puede!!! Lo que ocurre es que esta violencia circunstancial no es igual a la violencia estructural que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo. No es igual porque no está amparada, inculcada y fomentada por la sociedad y la cultura en la que vivimos (y que por algo se llama patriarcado). No es igual porque las mujeres no sólo sufren la abrumadora mayoría de las agresiones: es que además desde la sociedad se las cosifica, se las culpabiliza (frase real de una jueza a una violada: «¿seguro que cerró usted bien las piernas?«), se las discrimina, etc, etc, etc.
La agresión es el punto culminante de un proceso que empieza mucho antes. Así que sí, una mujer puede agredir a un hombre; pero la sociedad no va a disculparla en ningún momento. Nadie va a decir: «si es que los hombres se lo merecen, van provocando«. Por ejemplo. Y aunque toda violencia es condenable, cada una tiene sus especificidades y por eso distinguimos entre violencia de género, maltrato animal, delito de odio, etc, para tratar de prevenirlas, señalarlas y atajarlas cada una según los medios que necesita.
4. Los hombres y el feminismo, etc.
¿Son los hombres bienvenidos a la lucha feminista? Por mi parte, absolutamente sí. Yo los quiero a mi lado, quiero que se sumen por sentido de la empatía y la solidaridad y también por su propio interés. No creo que una sociedad que determina los roles desde la cuna convenga a nadie; ni siquiera aquellos roles que conllevan una gran parte de privilegio; vamos, yo para mí no los quiero con respecto a otras grupos discriminados, porque no me gusta ser cómplice de injusticias, así que espero que los hombres tampoco lo acepten. Esta lucha no es contra los hombres; si algunos se empeñan en seguir sintiéndolo así, es su problema, no el nuestro. Será que a ellos sí que les gusta el papel de víctimas, cosa que no puedo comprender, porque no es muy agradable. Sé de lo que hablo.
Eso sí, si se suman que lo hagan sin paternalismos y sin protagonismos. Yo puedo estar muy de acuerdo con la lucha del pueblo mapuche y hacerla mía en un momento dado; lo que no se me ocurriría sería ir a una reunión de mapuches a decirles cómo tienen que sentirse, qué tienen que hacer y mucho menos para contarles mi problemática de europea con la pretensión de que me compadezcan. Cada cosa en su momento, por respeto más que nada.
Señores, en esta sociedad lo tenemos jodido casi todos por muchos motivos. Pero los mapuches tienen además unos motivos añadidos, las mujeres otros y todos una serie de motivos comunes. Una lucha concreta no invalida a ninguna otra, dejémonos ya de comparaciones. Y una lucha particular no quiere decir que no exista una gran lucha común: la lucha contra el capitalismo, que es culpable, cómplice y colaboracionista en todas las opresiones de nuestro tiempo. También la que se ejerce contra las mujeres.
No es que yo supiera todo esto desde siempre. Mis añitos me ha costado darme cuenta, tanto a nivel teórico-reflexivo como personal y emocional. Durante años no quise para mí el papel de víctima, así que lo ignoré todo, hasta el punto de juzgar la situación de las mujeres por la mía propia, única y exclusivamente. Sólo invito a cualquier a planteárselo tal y como me lo planteé yo; porque abre la mente y se comprenden muchas cosas, tanto a nivel biográfico como sociológico y político.