Ahora mismo. Por Leire Olmeda
Ahora mismo,
en algún lugar del mundo,
son las 2 de la tarde,
minuto arriba, minuto abajo.
En algún lugar del mundo,
a las 2 de la tarde,
alguien ha acabado de comer,
quizá está reposando
o de vuelta corriendo a la jornada.
En otro lugar del mundo,
quizá no muy lejos del anterior,
otro alguien a las 2 de la tarde
no ha comido aún,
ni lo hará hasta que acabe
su largo trabajo.
En un lugar distinto a los dos anteriores,
cuando sea esa misma hora,
una persona cualquiera
-la estadística nos dice
que probablemente mujer-
no comerá.
A esa hora ni a ninguna otra.
Y todo esto no es
porque el mundo sea redondo
sino porque alguien,
sea la hora que sea
en el lugar del mundo en el que está,
ha decidido que así sea.
Y porque nadie, aún,
ha roto sus manecillas